Internacional

Protestas y disturbios se registran en calles de Perú

Por Agencia.-Perú rompió este miércoles los cinco meses de calma chicha tras el estallido político y social que tambaleó al país andino por obra y gracia del fracasado intento de golpe de Estado del ex presidente Pedro Castillo.

Una nueva Toma de Lima, la tercera, convocada por sindicatos, organizaciones sociales, gremios y distintos dirigentes políticos pese al fracaso de la anterior, con la que se pretende fustigar a la presidenta Dina Boluarte y al Congreso y resucitar así las protestas de diciembre y enero.

A la cabeza, la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), que además de la renuncia presidencial exige el adelanto de las elecciones generales.

Parte de los manifestantes también reclaman la puesta en marcha de una Asamblea Constituyente, que es el punto principal de la agenda política de Perú Libre (PL), partido marxista leninista que apoya a Castillo.

La primera mandataria cuenta con un rechazo del 80% de la población y el Parlamento lo tiene aún peor, con el 90% del país en su contra. A su favor, la recuperación de la tranquilidad ciudadana tras los meses que convulsionaron al país andino.

“No entendemos por qué ahora nuevamente atizan sus banderas de guerra y anuncian con llegar a Lima queriendo tomar desde el centro a todo el país. Es una amenaza a la democracia, como Gobierno democrático no lo vamos a permitir ni aceptar”, arengó la presidenta en un mensaje al país desde el Palacio de Gobierno, escoltada por sus ministros. El Ministerio de Interior anticipó el despliegue de 24.000 policías y la prolongación del estado de excepción en las carreteras nacionales.

Palabras muy parecidas, pero para exponer todo lo contrario, utilizó el ex presidente centrista Martín Vizcarra, que se sumó a las protestas: “La democracia está en peligro, si perdemos nuestra capacidad de indignación y no reclamamos pacíficamente en su momento, después ya será demasiado tarde”.

Bolaurte, la vicepresidenta que sustituyó al defenestrado Castillo, ha conseguido permanecer al frente del país gracias al apoyo recibido en el Congreso por buena parte de la derecha y del fujimorismo pese a que al principio de las protestas de diciembre y enero la mandataria anunció al país que apoyaba el adelanto electoral, incluso para este mismo año, las maniobras parlamentarias de sus aliados impidieron que fructificara. Boluarte tiene previsto gobernar hasta julio de 2026 para agotar la actual legislatura.

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