Internacional

Putin promete granos gratis a 6 países africanos los próximos meses

El presidente Vladimir Putin concretó su ofrecimiento de donar a los países más necesitados del continente negro una cantidad de cereales que va de un mínimo de 150 mil toneladas a un máximo de 300 mil toneladas, pero no el medio millón de toneladas de granos que anunció hace unos meses en caso de que no se extendiera el llamado pacto de los cereales, alcanzado con la mediación de Turquía y de Naciones Unidas y que quedó suspendido hace diez días.

La cantidad exacta que Rusia está dispuesta a regalar se desconoce porque el titular del Kremlin, al hacer el anuncio, no lo precisó al decir: “En los próximos 3 ó 4 meses estaremos listos para suministrar a Burkina Faso, Zimbabue, Mali, Somalia, la República Centroafricana y Eritrea, a cada uno, entre 25 mil y 50 mil toneladas de cereales de forma gratuita”.

Cabe anotar que en un reciente bombardeo ruso de la zona portuaria de Odesa se perdieron 60 mil toneladas de granos destinados para China, que redobla esfuerzos para incrementar su influencia en África y, en ese continente, competidor de Estados Unidos, los países europeos y… Rusia.

Putin, tras asegurar que el primer semestre del presente año, Rusia exportó a África alrededor de 10 millones de toneladas de cereales (un millón y medio de toneladas menos que en todo 2022), resaltó:

“Somos conscientes de la importancia que reviste el suministro ininterrumpido de alimentos para los países africanos. Es fundamental para el desarrollo socioeconómico y para mantener la estabilidad política” en el continente.

Añadió que, por este motivo, Rusia “continuará prestando especial atención al suministro, para los amigos africanos, de trigo, cebada, maíz y otros cultivos”.

Putin, después de lamentar que la iniciativa alimentaria del mar Negro se suspendió al incumplirse las demandas de Moscú, señaló que Rusia, tomando en cuenta que este año tendrá una cosecha récord, “está en condiciones de reemplazar el grano ucranio” tanto en forma de suministros comerciales como en calidad de ayuda humanitaria gratuita para los países más necesitados.

Queda por resolver la parte logística: si bien las sanciones occidentales no incluyen los cereales o fertilizantes rusos, su transporte a países lejanos, como los africanos, se vuelve una odisea al impedir a los cargueros rusos entrar en puertos europeos, al negarse las aseguradoras a atender a clientes rusos y un sinfín de otros pequeños obstáculos que el Kremlin quiere resolver al retirarse del pacto de los cereales de Estambul.

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