EFE
11 de julio de 2024
Las autoridades rusas incluyeron este jueves 11 de julio en la lista de extremistas y terroristas a Yulia Naválnaya, viuda del líder opositor ruso Alexei Navalny, fallecido en extrañas circunstancias en prisión el pasado febrero.
La información apareció en la web de Rosfinmonitoring, supervisor financiero ruso. Este martes el Tribunal Basmanni de Moscú dictaminó el arresto en ausencia de Naválnaya, quien reside en el extranjero, por participar en una asociación extremista, y la declaró en busca y captura.
La propia Naválnaya ironizó en un mensaje en X que la decisión de la Justicia rusa fue redactada a toda prisa sin cumplirse los procedimientos habituales para estos casos, como la apertura de un caso penal previo a la decisión sobre el arresto.
La viuda del líder opositor ruso, que ha prometido continuar desde el exilio la causa de su marido, acusa al presidente Vladímir Putin de ser el responsable de la muerte de Navalni y afirma que su poder se basa en “la desinformación, la mentira, el engaño y las provocaciones”.
“Su lugar está en prisión”, insistió en el mensaje publicado el martes.
Navalny murió súbitamente el pasado 16 de febrero, un mes antes de las elecciones presidenciales del 17 de marzo en las que Putin era el candidato favorito, después de dar un paseo en la penitenciaría IK-3 de la localidad ártica de Jarp (distrito autónomo Yamalo-Nénets), según las autoridades penales.
La oposición rusa acusa al Kremlin de estar detrás de su muerte, mientras que Putin afirma que se trató de un deceso por causas naturales.
Yulia Navalnaya ha acusado a Putin de la muerte de su esposo y ha prometido continuar con sus actividades. Las autoridades rusas niegan su implicación en el envenenamiento y la muerte del líder opositor.
Su portavoz, Kira Yarmysh, en una publicación en la red social X, describió el fallo del tribunal como un reconocimiento de los “méritos” de Navalnaya.
Según los aliados de Alexei Navalny, a su madre le mostraron un certificado médico que decía que su hijo murió por “causas naturales”. Ellos y los líderes occidentales han culpado de la muerte al Kremlin, acusaciones que los funcionarios rusos han rechazado vehementemente.