El Tribunal Supremo rechazó el recurso presentado por Joaquín Sabina contra la sentencia de la Audiencia Nacional y ratificó que Sabina debe abonar 2,5 millones de euros en impuestos correspondientes al IRPF de los ejercicios de 2008, 2009 y 2010. Estos impuestos están relacionados con derechos de autor que Sabina cedió a empresas familiares.
El pasado 13 de abril, se reveló en la sentencia que Joaquín Sabina era socio o administrador de tres empresas: Ultramarinos Finos, Relatores y El Pan de Mis Niñas. Estas empresas se utilizaban para gestionar sus derechos de autor, propiedades inmobiliarias en Madrid y Rota, un velero y una colección de libros antiguos, acorde al inventario recogido por la sentencia.
En el marco temporal citado, se aduce que esas tres empresas generaron más de 12 millones de euros en ingresos de explotación: «Todos estos ingresos tienen una relación directa con el demandante, ya sea por servicios facturados o por cobro de derechos de autor con las actividades profesionales en las que la intervención» de Sabina «constituía el elemento esencial y personalísimo de la prestación del servicio correspondiente», informa RTVE.
Sabina apeló la sentencia del Tribunal Supremo, negando cualquier vínculo con las tres sociedades mencionadas citadas. A los magistrados su argumento les pareció falto de fundamento e «inverosímil». Así, llegaron a la conclusión de que Sabina había tributado menos de lo que le correspondía.
En su liquidación a Joaquín Sabina, Hacienda acordó aumentar la base imponible del IRPF después de que se descubriera que el cantante había pagado menos impuestos utilizando sus empresas a través del Impuesto de Sociedades.