Un adolescente que se encontraba disfrutando de la festividad de su graduación junto a sus compañeros de colegio en un crucero en las Bahamas, saltó a aguas oscuras por una apuesta de sus amigos y desapareció.
El joven, identificado como Cameron Robbins, de 18 años de edad, tomó la que sería la peor decisión de su vida, pues cerca de la isla Athol, saltó al mar infestado de tiburones.
Sus compañeros que grabaron el momento le lanzaron un flotador para que pudiera mantenerse en la superficie, pero no logró alcanzarlo. Después de un tiempo, lo perdieron de vista y nunca más se tuvo noticias suyas.
La Fuerza de Defensa de Bahamas, en colaboración con los guardacostas de Estados Unidos, llevaron a cabo la tarea de rastrear al joven desaparecido. Existía la suposición de que aún estaba vivo.
Después de transcurrir cuatro días, las autoridades decidieron interrumpir las labores de búsqueda y enviaron un mensaje de pésame a la familia.
El grupo de amigos emprendió el viaje en celebración de la graduación de la escuela secundaria University Laboratory School en Baton Rouge.
“Ofrecemos nuestras más sinceras condolencias a la familia y amigos de Cameron Robbins”, expresaron en el comunicado oficial los guardacostas de Estados Unidos.
Previo a que se diera por finalizada la búsqueda, Justin Morgan, el entrenador de béisbol de la escuela secundaria, caracterizó a Robbins como un “rival incansable”, detallando que el joven desempeñaba el rol de tercera base y lanzador en el equipo.
“Cameron es un chico realmente querido por sus compañeros de equipo, entrenadores, profesores y compañeros de clase. Es un competidor feroz en el campo de béisbol. Es un gran trabajador tanto dentro como fuera del campo de juego.
“Nuestros pensamientos y oraciones han estado y seguirán estando con la familia Robbins durante este tiempo”, declaró su entrenador.
