Por décadas, los ciudadanos y los partidos políticos de oposición exigieron que los órganos electorales no estuvieran controlados por el gobierno. Fue una lucha ciudadana que logró el IFE (ahora INE) ser autónomo y libre, para garantizar que ningún gobierno pudiera intervenir en los procesos electorales.
La ciudadanización de los órganos electorales, después de muchos años de ser dirigidos por el poder ejecutivo, fue el gran paso de México y Nuevo León a la democracia.
En este proceso electoral hemos tenido árbitros que no han querido confrontarse con el poder público, y un gobernador que ha violentado su obligación de ser neutral en este proceso electoral y ha violado nuevamente la equidad en la contienda electoral.
Hoy, al enterarnos de la presencia protagónica del ejecutivo estatal en un evento de instalación en la jornada electoral de un órgano electoral, exigimos al gobernador sacar las manos de la elección.
El mejor resultado para él no debe ser el triunfo o derrota de determinado partido político o familiar cercano, sino que Nuevo León siga teniendo órganos electorales autónomos, que todos confiemos y respetemos los resultados de las elecciones.
Recordemos los principios que hoy están en juego y que rigen a la autoridad electoral desde su fundación: certeza, legalidad, imparcialidad, independencia y objetividad.
El poder legislativo cumple con la ley electoral al no asistir al proceso de instalación, por ser un poder electo por los ciudadanos.
La presencia del gobernador en la inauguración del proceso electoral por parte de los árbitros que deben guiarse bajo esos principios, está vulnerando la totalidad del proceso electoral en Nuevo León.
Los integrantes de la coalición Fuerza y Corazón por Nuevo León exigimos a las autoridades se tomen cartas en el asunto, para que nuestras ley.
